12 julio, 2012

RENZO PIANO: AMPLIACIÓN EN RONCHAMP


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Una de las tareas más difíciles para un arquitecto es la de proyectar junto a una obra maestra. Tal es el caso de Renzo Piano, quien ha estado más de una vez en el ojo de la tormenta por la relación de sus controversiales propuestas (como el Centro Pompidou en París o el Shard en Londres), pero que también ha sabido adaptarse con maestría a obras preexistentes (como el museo High en Atlanta). En esta ocasión, ha asumido el reto de diseñar un monasterio para las Hermanas Clarisas Pobres y un centro de visitantes en la colina Bourlemont en Ronchamp, próximo a la Capilla de Notre Dame du Haut, obra maestra de Le Corbusier.




Como era de esperarse, la intervención en este emblemático lugar motivó la protesta de la Fundación Le Corbusier y de muchos arquitectos e intelectuales, como Richard Meier, Rafael Moneo y César Pelli. (quienes, imagino, no hubieran tenido reparos si ellos hubieran sido los elegidos para proyectar en este lugar). Por su parte, Tadao Ando, y Maximiliano Fuksas entre otros firmaron una carta apoyando al proyecto.



La alternativa de Piano, sin embargo, ha sido humilde al utilizar un lenguaje sobrio y severo, y al tratar de enterrar la propuesta en la colina, de manera que no sea percibida desde la capilla y no altere al peregrino la percepción y la experiencia durante la visita.



Vistas del complejo tomadas camino a la capilla

INTEGRACIÓN AL PAISAJE

El punto de partida de Piano ha sido la integración de su propuesta a la colina Bourlemont, donde se halla ubicada la capilla. Es un gesto respetuoso hacia Le Corbusier, quien más bien quería destacar su obra en el paisaje.




La arquitectura sincera su contemporaneidad pero se inserta siguiendo las características del paisaje. La transparencia que caracteriza la fachada de vidrio permite una comunicación visual fluida entre el edificio y el entorno,





Bosquejos de Renzo Piano sobre el sitio

Es necesario destacar el énfasis dado al paisajismo, proyectado por Michel Corajoud, relativo a la forestación, preservación de la vegetación y ajardinamiento de las áreas de expansión.


PROCESO CONSTRUCTIVO

Dado que las celdas ubican bajo tierra, se procedió a la excavación de la colina para luego vaciar la estructura de concreto que, asu vez contenga el empuje del terreno (el proceso me recuerda al utilizado por I.M. Pei en su Museo Miho, en Shiga, Japón).





EL CENTRO DE VISITANTES
Tras ascender por el sendero que repta por la colina frente a Ronchamp, el visitante será recibido en una explanada con oficinas, jardines y parqueo. Perpendicular a éste se ubica el sendero que lleva a la capilla, pero antes aparece ante sus ojos una estructura de concreto visto, y con una larga fachada de vidrio y carpintería de zinc, empotrada en la ladera de la colina: el centro de visitantes.




Este edificio viene a reemplazar una antigua boletería (que obviamente no fue diseñada por Le Corbusier) construida en los años 60s, pero que para muchos desmerecía la configuración del lugar a la vez que era poco funcional.


Contiene una boletería, una tienda, un área de reuniones, áreas administrativas y de investigación y y una pequeña zona de exhibición, de la cual he sacado algunas de las fotos que ilustran estos tres posts sobre la capilla de Ronchamp. Hay también una chimenea vaciada en concreto, un detalle inusual en una tienda, pero que personalmente agradecí en aquella fría mañana de la visita.




MONASTERIO

Ubicado a unos 100 metros al oeste de la capilla de Le Corbusier, se plantea un monasterio para las hermanas Clarisas Pobres. Las habitaciones son de 2.7 x 2.7 m y se hallan concatenadas linealmente en grupos ubicados hacia el este de la colina Bourlemont, disfrutando una vista del valle pero sin perturbar, como dije, la visual desde la capilla.





El programa comprende doce “celdas” o unidades de vivienda mínima para las monjas, cada una con un jardín de invierno, además de áreas comunales, oratorio y alojamiento para visitantes.


El monasterio cuenta con su propia capilla.

El monasterio cuenta con su propia capilla.

La orientación hacia el oeste y la fachada acristalada permiten una generosa iluminación e integración con la vegetación circundante.



El vocabulario, simple y minimalista empleado en esta ocasión por Piano, refleja la función austera y espiritual de las hermanas. La ligereza de su propuesta no le quita protagonismo a la robustez escultórica de la capilla corbusiana.



El acabado y sencillo mobiliario en madera contribuye a dar calidez y serenidad a estos ambientes, ocupados por monjas en su mayoría de avanzada edad.


Fotos cortesía de Michel Denancé

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En mi opinión, el reclamo de algunos sobre la intervención en Ronchamp se debe a que se tiende a ver a la capilla como un monumento moderno más que como un edificio religioso. La obra de Piano logra el difícil reto de crear arquitectura contemporánea sin desvirtuar el paisaje ni el carácter de la obra maestra de Le Corbusier, y al mismo tiempo cumple un requerimiento de función: la capilla no es un monumento solitario en la cima de una colina sino fundamentalmente un lugar de culto, y por tanto el monasterio anexo soporta y complementa estas funciones.

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Renzo Piano en el lugar de la obra